Estados Unidos, tierra de las oportunidades. Al menos eso dicen, salvo que seas un fabricante de vehículos eléctricos que tiene su origen en China. Con el fin de proteger su producción local y la competitividad de la misma, Estados Unidos ha declarado la guerra al vehículo eléctrico chino. La Administración de Biden ya se movió al respecto durante su legislatura promoviendo un aumento de los aranceles de los vehículos, baterías y materias primas con el fin de duplicar el precio de los coches eléctricos chinos. Incluso voces desde el Senado de los Estados Unidos han pedido prohibir el vehículo eléctrico chino.
Esta guerra frontal con China por los vehículos eléctricos por el momento no se ha extendido a otros segmentos de la movilidad. Sólo hay que mirar la situación que hay en torno a la bicicleta eléctrica para comprobarlo. Y es que Estados Unidos ha perdido en 30 años toda su industria de fabricación de bicicletas y con la llegada de la electromovilidad al segmento el proceso se ha acelerado. Según datos oficiales, el 97% de las ventas de bicicletas eléctricas corresponden a modelos importados, siendo la inmensa mayoría de origen chino. En concreto, el 86,3% de la cuota de mercado en Estados Unidos es para las bicicletas de origen chino.
El sector de las bicicletas eléctricas está evolucionando a gran ritmo, pero se dibujan nuevas incertidumbres
Una situación que hasta ahora no parecía importar demasiado, pero que en este escenario de guerra frontal entre Estados Unidos y China por el coche eléctrico puede cobrar importancia de manera súbita. Al menos ya hay congresistas que denuncian esta situación e incluso empieza a haber proyectos de ley con el objetivo de proteger y apuntarla la fabricación nacional de bicis eléctricas respecto a las alternativas chinas. Y es que empresas como GoTrax, firma americana enfocada en vehículos de movilidad personal y bicicletas eléctricas juegan en ‘inferioridad’ dentro del mercado.
En este sentido, los movimientos pueden ser parecidos y no sería extraño que se produzcan movimientos para aumentar los aranceles de las bicicletas eléctricas chinas, no así de componentes como cuadros, llantas, bujes, frenos, sillines o motores eléctricos si eso sirve para incentivar el ensamblaje nacional. El problema es que como pasa con los coches eléctricos, el damnificado puede ser el usuario final si se queda sin alternativas de acceso económicas para dar el paso hacia la electromovilidad. Sin embargo, eso se podría solucionar con un programa de ayudas a la compra de bicicletas eléctricas de origen local.
La guerra abierta entre Estados Unidos y China por el coche eléctrico llega también a las bicicletas eléctricas
Los impulsores de esta medida hablan de reiniciar el segmento de las bicicletas eléctricas ahora que aún están a tiempo, ya que a diferencia de Europa o China el auge de este tipo de bicis ha sido posterior, casi ligado a la post pandemia. Por supuesto, no falta la ‘baza’ de las emisiones contaminantes, ya que una producción local reduce de manera sustancial la contaminación, algo que va en la línea de lo que se quiere transmitir con el uso de las bicicletas eléctricas.
Viendo como está el panorama, no sería extraño que una vez que se estabilice la situación política de los Estados Unidos se tomen medidas arancelarias contra los productos chinos del segmento igual que ha pasado con los vehículos eléctricos. Sólo el tiempo dirá si finalmente se toma una medida de este perfil y hasta que punto las bicicletas eléctricas quedan atrapadas en el fuego cruzado entre Estados Unidos y China. Si es cierto que se logra impulsar a cambio la industria nacional, la repercusión puede ser mínima. Si no se logra cuajar un plan de acción adecuado, al final el usuario final será el gran perjudicado.
El artículo Estados Unidos ve los coches eléctricos chinos como un problema, pero las bicis eléctricas colonizan el país fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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