Qué pasa si el cambio de marchas está suelto

Un vehículo está compuesto por cientos de componentes que garantizan su funcionamiento y aunque el motor es el ‘alma’ de cualquier coche, lo cierto es que su trabajo no serviría de nada sin la transmisión. La caja de cambios es otro elemento fundamental y aunque están diseñadas para resistir el paso de los años, hay en ocasiones que no funciona correctamente, ya sea por la rotura de alguna pieza o porque aparecen imperfecciones en el sistema. Por eso es importante ver los síntomas que nos ofrece a la hora de determinar si la caja de cambios puede estar dañada.

Uno de los síntomas más repetidos cuando hay un problema en una caja de cambios manual es que la palanca del cambio parece estar suelta o tiene holgura. Cuando nos encontramos a esta situación, algo que suele ir acompañado por otros señales anómalas, casi podemos determinar con seguridad que hay un problema en la transmisión. Por ese motivo, en este artículo te vamos a intentar ayudar a identificar los posibles problemas de la caja de cambios a partir del comportamiento de la palanca del cambio y del propio vehículo.

Qué es la caja de cambiosEl diseño de la caja de cambiosQué pasa si la palanca de cambio está sueltaPosibles causas del cambio sueltoMantenimiento de la caja de cambios

Qué es la caja de cambios

La transmisión de un coche, también llamada caja de cambios o caja de velocidades, es la parte encargada de obtener y transmitir la fuerza del motor a través del diferencial para que las ruedas se muevan y que el coche pueda circular. Para que sea posible, la caja de cambios cuenta con dos series de engranajes, uno principal que lleva el régimen del motor en función del embrague -si lo pisamos desconecta el sistema- y otro secundario, encargado de trasladar la fuerza del motor al diferencial y, por extensión, a las ruedas. La conexión entre los ejes orquesta su funcionamiento.

Los engranajes que dan vida a la transmisión están formados por una serie de ruedas dentadas que, conectadas entre sí, transmiten la potencia del motor a las ruedas. Para transmitir más o menos fuerza o energía a las ruedas, los engranajes citados tienen distintos tamaños, por lo que dependiendo de las necesidades que tenga el vehículo se debe activar unos u otros engranajes. Una tarea que en las cajas de cambio manuales se lleva a cabo a través de la palanca del cambio, seleccionado distintas marchas que lo único que hacen es activar unos u otros engranajes para transmitir diferentes grados de potencia a las ruedas.

La transmisión o caja de cambios es uno de los sistemas más complejos de un vehículo

El diseño de la caja de cambios

Aunque nosotros como conductores sólo vemos el accionamiento de la transmisión, o lo que es lo mismo, la palanca de la caja de cambios, lo cierto es que se trata de un componente muy complejo que además de contar con un engranaje conectado directamente con el motor y los ya citados ejes de engranajes primario y secundario también está formado por un sistema que desplaza los engranajes y que permite alterar las posiciones de los engranajes -las marchas- para variar la transmisión de fuerza o potencia desde el motor al diferencial y las ruedas.

Para que el sistema funcione correctamente no sólo los engranajes deben conectar bien y estar en buen estado, sino que debe haber un líquido lubricante para que el rozamiento entre los dientes de los engranajes y en los desplazamientos entre una y otra rueda dentada no sea excesivo. Sin la presencia de un aceite en el conjunto, el sistema tendría demasiada fricción entre sus engranajes, lo que además de generar calor por el rozamiento también terminaría por provocar un desgaste en los dientes del engranaje, haciendo que la conexión entre cada rueda dentada no fuera la adecuada.

Los síntomas de una palanca de cambios suelta son evidentes, pero las causas pueden ser de lo más diversas

Qué pasa si la palanca de cambio está suelta

Explicado el funcionamiento de una caja de cambios, su diseño y los componentes que lo forman, queda claro que la palanca del cambio y el embrague son las herramientas que tiene el conductor para modificar la posición de los engranajes y alterar así la transmisión de fuerza desde el motor a las ruedas por el cambio de marchas. Por eso, aunque pueda parecer un elemento superfluo, la palanca del cambio es indicativo de posibles problemas o averías en la transmisión. Y en este sentido, si podemos observar que la palanca del cambio está suelta debemos estar atentos a los síntomas que nos ofrece.

Posibles causas del cambio suelto

Como decíamos, dependiendo del ‘comportamiento’ de la palanca de cambios, podemos estar ante un problema u otro en la transmisión. Así, por ejemplo, si el conductor mete una marcha y nota como no termina de engranar y la palanca se vuelve a colocar en punto muerto, se antoja como muy probable que las guías de la caja de cambios tengan algún problema. Puede ser algo tan sencillo como que los tornillos o las horquillas de la misma tengan holguras, algo que suele ser sinónimo de un nivel bajo de aceite en la caja de cambios.

Por su parte, si el coche tiembla o chirría al llevar a cabo un cambio de marcha podríamos estar de nuevo ante una falta de lubricación de la transmisión, pero también a un desajuste en el montaje o relación de la caja de cambios. Lo normal es que se produzca porque hay alguna pieza rota por un excesivo desgaste y eso genera algunas imperfecciones en la conexión. En caso de que el problema esté en el embrague, es muy posible que el pedal del embrague termine por ‘irse’ al fondo y los engranajes de la caja de cambios queden sueltos porque el embrague no nos permite engranar ninguna marcha.

Muchos de los problemas de los sistemas de caja de cambios tienen que ver con la lubricación de la misma

Otro síntoma asociado a una palanca de cambios sueltas es escuchar un pequeño ruido cuando el coche está en punto muerto. Una vez más puede deberse al nivel de aceite de la transmisión y es un indicativo de que hay que revisar este aspecto. Incluso se puede llegar a la situación en que el volumen de lubricante sea el correcto, pero que haya perdido sus propiedades de viscosidad y temperatura por el uso. Dependiendo del estado puede provocar que la palanca del cambio no esté suelta y a cambio la activación sea costosa.

De manera parecida a lo anterior, si existe una fuga de aceite en la caja de cambios también nos vamos a encontrar con una palanca de cambios suelta, aunque también puede suceder todo lo contrario y que se quede dura. En cualquier caso, el factor común en muchos de los supuestos de una palanca de cambios suelta es un problema con el lubricante que permite el correcto funcionamiento de la transmisión.

Mantenimiento de la caja de cambios

Parece evidente a tenor de lo dicho que el mantenimiento de la caja de cambios es clave para evitar que el vehículo sufra problemas. Para ello hay que tener en cuenta que el aceite que lubrica la transmisión no tiene nada que ver con el que lleva el motor el coche. Además de ser más viscoso y tener una mayor resistencia a la temperatura, su vida útil es diferente. En este sentido hay que tener en cuenta que con carácter general el cambio de aceite de la caja de cambios se debe hacer cada 80.000 ó 100.000 kilómetros, según las indicaciones del fabricante del vehículo.

Aunque las transmisiones están diseñadas para tener una vida muy larga, el cambio de aceite de la caja de cambios es fundamental para que mantenga su funcionamiento correcto. Más allá de este punto, nosotros como conductores también tenemos la responsabilidad de preservar la caja de cambios en el día a día. El uso correcto del embrague influye mucho en la duración de la caja de cambios, por lo que debemos evitar apoyar el pie sobre el embrague cuando no sea necesario, no pisar a fondo el embrague al cambiar marcha o levantar el pie del embrague demasiado rápido cuando hemos engranado una nueva marcha.

Un correcto mantenimiento de la transmisión del coche puede evitarnos más de un disgusto y costosa avería

De igual forma, tampoco debemos pisar en exceso el embrague y eso pasa por evitar tener el embrague pisado en un semáforo para no sacar la marcha. Conviene dejar el vehículo en ese instante en punto muerto hasta que podamos retomar la marcha. Esta práctica de dejar el embrague pisado mientras el semáforo se pone en verde es habitual entre un buen número de conductores y lo cierto es que es una de las prácticas que más desgasta el sistema.

Por último, hay que tener en cuenta que todo lo referido al mantenimiento y buenas prácticas hace referencia a una caja de cambios manual. Si estamos ante un vehículo con transmisión automática, algo que se traduce en que no hay pedal de embrague, muchos de estos consejos no tienen aplicación alguna. Aun así, cabe señalar que una caja de cambios automática cuenta también con un mantenimiento específico y su uso no sólo consiste en activar la marcha desplazando la palanca a las letras ‘P’, ‘R’, ‘N’ o ‘D’.

El artículo Qué pasa si el cambio de marchas está suelto fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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