China, la energía solar y la lógica del sobredimensionamiento

En la imagen, el parque solar de Gansu Dunhuang, en la provincia de Gansu, en China, de 50MW, que inició su construcción en 2009 y sigue siendo progresivamente ampliado aprovechando el desierto de Gobi.

Un reciente informe de Global Energy Monitor afirma que China está construyendo nada menos que dos tercios de toda la capacidad de generación solar y eólica del mundo, liderando de manera cada vez más clara la fuente de energía del futuro no solo en instalación, sino también en fabricación. De hecho, compañías como Siemens Gamesa y otras están escandalizadas y pidiendo protección porque algunos de los parques de energía eólica marina más importantes de Europa están siendo adjudicados a compañías chinas, que compiten con costes muchísimo más competitivos.

En este momento, China tiene instalaciones solares a escala comercial en construcción de una capacidad proyectada de 180GW, y 15 GW de energía eólica. Esto eleva el total de energía eólica y solar en construcción a 339GW, muy por delante de los 40GW en construcción en los Estados Unidos. El informe sólo incluye parques solares con una capacidad de 20 MW o más, que alimentan directamente a la red, lo que significa que el volumen total de energía solar en China podría ser mucho mayor, ya que los parques solares de pequeña escala representan alrededor del 40% de su capacidad de generación solar.

Otro informe, realizado por la ABC australiana, revela que el ritmo de la transición a energías limpias de China es aproximadamente el equivalente a instalar cinco plantas de energía nuclear a gran escala cada semana, una instalación tan rápida (al menos 10GW de capacidad de generación eólica y solar cada quince días) que llevaría al país a cumplir sus objetivos establecidos para finales del año 2030 a finales de este mes, es decir, seis años y medio antes.

China representa aproximadamente un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Una reciente caída de las emisiones, la primera desde que se relajaron las restricciones por la pandemia, combinada con la descarbonización de la red eléctrica, puede significar que las emisiones del país hayan alcanzado ya su punto máximo. Con el sector energético volviéndose cada vez más ecológico, las emisiones se estabilizarán y luego caerán progresivamente a partir de 2030. En el extremo occidental de China se están construyendo los parques solares y eólicos más extensos del mundo, conectados con el resto del país a través de las líneas de transmisión de alto voltaje más largas del planeta.

Sin duda, China le ha encontrado el punto a las energías renovables, y está dispuesta no solo a liderar todo lo relacionado con su tecnología y su construcción, sino también a ser la primera en aprovechar las enormes ventajas que posee la forma de generar electricidad más barata de la que hemos dispuesto en toda la historia de la humanidad. ¿Proyectos de centrales nucleares? Los hay también, pero dado el largo período necesario para construirlas, ya veremos si pasan de ser proyectos a convertirse en realidad.

La realidad actual de la generación de electricidad se llama energías renovables, y son perfectamente capaces de generar la totalidad de la energía eléctrica que necesita el mundo, sin recurso a ninguna otra tecnología de generación (que son, además, más caras y más sucias). Dejémonos de especular y de favorecer a lobbies, y hagamos lo que está haciendo China: sobredimensionar las instalaciones de energías renovables como si no hubiera un mañana. Pocas cosas tienen más lógica que eso.

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