Hace 80 años crearon el fusil de asalto más famoso. Ahora han lanzado una nueva ametralladora que ya usa Rusia

En equipamiento militar, ¿cuál podría considerarse la innovación que ha tenido más peso en el último siglo? Muy posiblemente, podríamos considerar el kalashnikov, también llamado AK-47, como el fusil de asalto más importante que ha habido. Debido a su bajo precio y servicio que ofrece a cambio, ha estado presente en la práctica totalidad de conflictos que han tenido lugar en los últimos ochenta años. Veamos, por tanto, cómo ha ido su rendimiento y por qué es una pieza clave en la guerra.

AK-47, el fusil de asalto favorito en cualquier ejército debido a sus características

El AK-47 es un fusil de asalto automático de origen soviético. Fue creado en el comienzo de la Guerra Fría, es decir, unos pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Tal es su importancia que fue arma oficial del ejército de la Unión Soviética desde 1949 hasta 1978. Construido por Mijaíl Kaláshnikov, comenzó el desarrollo de la AK-47 en 1942 tras ser herido en el campo de batalla. Durante su estancia en el hospital y posterior recuperación, ideó el proyecto.

El fundador del AK-47 creó versiones mejoradas con el paso de los años. Wikipedia

Pese a recibir la atención de superiores, su idea, finalmente, fue desechada. Hay que esperar al fin de la Segunda Guerra Mundial para encontrar las mejoras que sí lograron satisfacer la demanda del ejército rojo. Tal fue el éxito de dicho prototipo que, tan solo dos años después, el AK-47 fue nombrado como el arma oficial de infantería de la Unión Soviética. Desde entonces, ha introducido diversas soluciones para convertir este fusil en una pieza de guerra todavía más mortífera.

Se calcula que en la actualidad existen entre 35 y 50 millones de AK-47 en todo el mundo sin contar aquellas unidades que se producen ilegalmente. Es producido por 18 países, lo cual demuestra la increíble relevancia que aún posee a día de hoy. Y bien, ¿qué es lo que explica el éxito de esta arma? La clave está en su peculiar sistema de recarga de cartuchos. Mediante la fuerza de los gases de combustión producidos por el disparo, se produce la automática colocación de un nuevo cartucho en la recámara. Adicionalmente, se expulsa el viejo cartucho utilizado.

Del mismo modo, la incorporación de una especie de sistema de amortiguación impide que haya un retroceso muy notable, haciendo que el AK-47 sea un fusil de asalto muy cómodo de portar y utilizar. Además de las mejoras relacionadas con el rendimiento, también se pensó en crear versiones más modernas y livianas, incluyendo la AKM, una versión que únicamente pesaba un total de 3,14 kg.

Kalashnikov como fabricante ha mantenido la tradición durante décadas, pero lo cierto es que ha visto en los drones low cost un filón. Habrá que esperar a ver qué ocurre en los próximos meses para comprobar si este nuevo concepto de batalla puede tener a este fabricante como uno de sus principales actores. Sin ir más lejos, hace unos años ya construyó un prototipo de coche eléctrico, por lo que no sería extraño ver a esta empresa acceder a este nuevo mercado.

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