¿Es peligroso conducir en reserva de forma habitual?

Es posible que la economía familiar no acompañe a llenar cada mes el depósito del coche hasta arriba. Los conductores que usan poco el coche, suelen acostumbrarse a rellenar el tanque poco a poco. Echar de 20 en 20 euros da una falsa sensación de estar gastando menos dinero en combustible.

A priori, hacer 3 o 4 repostajes pequeños en un mes no parece tener nada de malo. Sin embargo, hacer esto tiene sus riesgos. Si no tienes muy claro a qué nos referimos, sigue leyendo, y te explicaremos cuáles son los peligros de conducir cerca de la reserva de forma habitual.

Problemas mecánicos derivados de conducir siempre en reservaFiltro de combustibleBomba de combustibleDaños a los inyectoresPosibles daños al catalizadorCómo evitar los riesgos de conducir en reserva

Problemas mecánicos derivados de conducir siempre en reserva

Lo creas o no, a tu coche no le gusta nada eso de moverse con poco combustible. Puedes pensar que un litro de gasolina es un litro de gasolina. Sin embargo, cada gota de combustible que está en la parte baja de un depósito no tiene tanta calidad como el resto. De ahí que abusar de la conducción en reserva pueda derivar en averías como las que explicamos a continuación:

Filtro de combustible

Comencemos por el principio del circuito. Se supone que cuando echamos gasolina o diésel en nuestro vehículo, el combustible viene filtrado. De hecho, algunas gasolineras tienen los filtros del diésel visibles para que los propios clientes puedan avisar en caso de que se lo encuentren sucio.

Pues bien, por muy limpio que esté el combustible que surtimos, siempre va a haber impurezas, tanto disueltas en el líquido, como las que pueden entrar por el simple hecho de meter la manguera en el depósito. Todas esas partículas se van al fondo del depósito por acto de la decantación. Si tenemos suficiente combustible, nunca se va a bombear de esa zona que está sucia. Obviamente, si jugamos constantemente con la reserva, nuestro coche va a tirar hasta de la última gota, contaminada con muchos sedimentos.

Como resultado, taponaremos el filtro de combustible, y eso es bastante malo para el coche, pues puede desencadenar varias averías. Lo primero que va a ocurrir con un filtro sucio es que el flujo de combustible se va a reducir. El sistema de inyección tendrá que hacer más esfuerzo, y se pueden llegar a ocasionar algunas averías.

Por otro lado, el filtro obstruido puede dar como resultado pérdida de potencia, aumento de consumo e incluso llegar al límite de que el coche se apague. El filtro de combustible es un mantenimiento más del coche, y se tiene que sustituir cada cierto kilometraje. Sin embargo, si usas demasiado la reserva del depósito, acabarás saturándolo en tiempo récord.

Bomba de combustible

Cuando el coche tiene poco combustible, la bomba que se encarga de llevar el hidrocarburo desde el depósito hasta la inyección tiene que trabajar más. La cosa se complica si, además, el filtro está también saturado de sedimentos, pues tendrá que hacer un esfuerzo todavía mayor.

La bomba de combustible puede cambiarse en un coche por seguridad cuando tiene muchos años. No obstante, lo ideal es mantenerla en buen estado, pues no es un componente que se tenga que reemplazar como tal cada cierto tiempo. Cuando falla por culpa de abusar de la reserva, nos pueden aparecer los siguientes problemas.

Cavitación: que es, básicamente, que el sistema acabe succionando aire junto al combustible.Mayor desgaste: al trabajar más y en peores condiciones, la bomba se va a dañar con mayor rapidez.Conducción menos eficiente: si el consumo de tu coche aumenta repentinamente, puede deberse a la bomba de combustible (también al propio filtro saturado). La mala combustión también se puede apreciar mirando los gases de escape, pues serán visibles y de color gris o negro.Problemas para arrancar: al pasar el combustible con problemas y en malas condiciones (por ejemplo, con aire), al motor le puede costar arrancar mucho más.Sobrecalentamiento de la bomba: cuando no pasa suficiente combustible por la bomba, el componente suele recalentarse, lo que acelera aún más la avería.Fallo de la bomba: en el peor de los casos, la bomba va a terminar averiándose del todo. Si ocurre en carretera a grandes velocidades, puede convertirse en un problema bastante serio, pues el motor se apagará en plena marcha.

Daños a los inyectores

Esto ocurre especialmente en los vehículos diésel, que son un poco más tiquismiquis con el combustible. Los coches con sistema Common Rail pueden dañarse con cierta facilidad cuando dejan pasar impurezas a través del combustible. Y, como ya hemos comentado, esto es muy común cuando se circula en reserva.

Si tienes un coche con motor diésel, ten especial cuidado con esto. Cambiar un inyector en vehículos de gasóleo es carísimo. Y, además, la condensación dentro del depósito (fruto de la propia naturaleza del combustible), suele hacer que se formen óxidos y lodos en la parte baja del tanque.

Posibles daños al catalizador

No es tan común, pero existe la posibilidad de que el propio catalizador del vehículo acabe dañándose por efecto mariposa derivado de conducir siempre en reserva. Un motor que trabaja con un filtro saturado y que está teniendo una combustión incompleta, también va a tener un catalizador que estará funcionando a una temperatura más alta de lo normal.

La consecuencia es bastante dolorosa para el bolsillo de prácticamente cualquier conductor. El catalizador se puede fundir o rajar internamente, dejando así de funcionar. Con este elemento anticontaminación en mal estado no es legal circular, por lo que te echarán para atrás la siguiente ITV.

A la hora de pasar por el taller, el precio de la sustitución dependerá del tipo de catalizador que lleve tu vehículo. La factura suele estar entre los 500 y los 2.000 euros.

Cómo evitar los riesgos de conducir en reserva

No es necesario que llenes el depósito de tu coche hasta arriba si no vas a usar ese combustible en un tiempo razonable —dos meses como máximo, sería lo ideal—. Sin embargo, hacer repostajes muy cortos tampoco es una buena idea. Si no quieres quedarte muy corto ni muy largo, sigue estos consejos que te dejamos a continuación:

Reposta cuando la aguja llegue a 1/4: olvídate de la zona roja de la reserva. Cuando tu indicador llegue al 25%, ve a una gasolinera y rellena hasta lo que vayas a usar (1/2, 3/4…). Haciendo esto, estarás fuera del umbral de riesgo de conducir en reserva.Mira los indicadores de consumo de tu coche: si tu vehículo permite ver consumos medios y en tiempo real, es buena idea consultarlo de vez en cuando. Si no, usa el odómetro para estimar el número de kilómetros que haces entre repostaje y repostaje. Conocer el consumo de un coche es fundamental para detectar averías a tiempo y planificar determinados desplazamientos.Planifica las rutas: hacer planes con un coche de combustión no tiene tanto misterio como las cábalas que tienen que hacer algunos conductores de coches eléctricos. Usa eso a tu favor. Si vas a hacer un viaje de 700 kilómetros y vas a tener que hacer una parada para repostar, calcula más o menos la zona en la que vas a hacer el descanso. Así, corres menos riesgos de pasártela y tener que conducir con miedo durante un buen rato buscando una gasolinera mientras la aguja baja.Usa aplicaciones: Waze y otras apps pueden aportar un extra cuando se hacen desplazamientos largos. Estableciendo el tipo de coche que usamos y el consumo, es relativamente fácil calcular rutas en las que no será necesario desplazarse de la vía principal para repostar.

Por cierto, si no tienes muy claro cuántos kilómetros dura la reserva del coche, tenemos un artículo en el que lo explicamos detalladamente. Por otro lado, si has notado que en el cuadro de tu coche, el medidor de autonomía no se comporta como debiera, puedes echar un ojo a este artículo sobre cómo restablecer una aguja de medidor de gasolina.

El artículo ¿Es peligroso conducir en reserva de forma habitual? fue publicado originalmente en Urban Tecno.