Suena el teléfono y se escucha la voz de un familiar angustiado pidiendo dinero de forma urgente. La voz cuenta con todos los tintes dramáticos que apremian al receptor de la llamada y la urgencia puede provocar que se tomen decisiones precipitadas. En realidad, no estamos ante una situación de emergencia real, sino a una nueva estafa muy difícil de detectar, conocida como vishing. “La inteligencia artificial ha abierto un abanico de posibilidades a los ciberdelincuentes, con nuevas herramientas a su disposición para dar más credibilidad a sus fraudes y estafas”, alertan a EL PAÍS desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), por este motivo, este organismo recomienda “mantenernos siempre alerta y usar el sentido común antes de seguir acciones que puedan acabar con algún tipo de perjuicio”.
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