España y los data centers: cada vez más ventajas

En un espacio de tiempo relativamente corto, varias grandes compañías de las conocidas como hyperscalers, las que son capaces de proporcionar y agregar recursos de memoria, de red y de almacenamiento sin inconvenientes a escalas enormes, han anunciado la próxima instalación de data centers en España, algo que está posicionando al país como un destino ideal y preferente para ese tipo de infraestructuras.

Amazon ha concretado unos planes largamente anunciados para establecer una nueva región de AWS en España que se concretan en inversiones de 17,000 millones de dólares en tres data centers en Aragón, mientras Microsoft opta por la misma comunidad autónoma e invierte 7,160 millones, y Meta obtiene licencia para la construcción de otro data center en Talavera de la Reina, con una inversión de 1,000 millones de dólares.

Antes de lanzar cohetes, es bueno poner las cosas en contexto: por muchos anuncios que veamos ahora, España no está en absoluto en la lista de países con más data centers del mundo, dominada con enorme diferencia por los Estados Unidos, con 5,381, seguida por Alemania con 521, Reino Unido con 514 o China con 449. Pero dado que la insaciable demanda de nuestras sociedades cada vez más digitales continúa creciendo de manera imparable y eso conlleva que se construye un data center aproximadamente cada tres días, hablamos de un panorama rápidamente cambiante, y un buen posicionamiento para la canalización de esa inversión puede ser un activo muy interesante.

En este momento, se estudia la instalación de data centers en todas partes, incluyendo el mar o el espacio. Pero dado que obviamente lo más sencillo es construirlos en tierra, resulta interesante entender los factores que están haciendo que un país como España haya ganado recientemente enteros a la hora de posicionarse como un buen lugar para establecerlos.

En primer lugar, la ubicación es muy buena tanto para proveer de conectividad con baja latencia no solo a España, sino también al mercado portugués, francés y a buena parte de Europa, además de ser un país al que llegan numerosas conexiones transoceánicas.

Además, el gobierno parece decidido a facilitar la llegada de un cierto número de data centers siempre que no se radiquen en Madrid ni pegados a grandes ciudades, sino en entornos rurales que tradicionalmente carecían de proyectos con un nivel de inversión interesante. Aragón, por ejemplo, es muy interesante, como lo ha sido tradicionalmente para la logística, por estar situado estratégicamente entre Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, pero porque además tiene una gran cantidad de espacio disponible. Las comunidades autónomas han estado, por otro lado, muy a favor de estos planes aunque con el adecuado nivel de pragmatismo, y aunque los han vendido como la posibilidad de aportar valor a las zonas rurales, no han comprometido desgravaciones fiscales ni ayudas económicas importantes, sino que se han dedicado fundamentalmente a facilitar los trámites administrativos.

Si unimos a ello la disponibilidad de profesionales con un nivel de formación tecnológica adecuada y la infraestructura de conectividad, en la que España destaca especialmente por la gran cantidad de fibra desplegada, la idoneidad de España para este tipo de instalaciones parece apuntalarse más aún.

Pero un factor lo hace todavía más interesante: la disponibilidad de abundante energía renovable. Aunque los data centers actuales consumen cada vez menos energía, tienden a optar en la medida de lo posible por electricidad renovable por una cuestión no solo de sostenibilidad sino también, fundamentalmente, de precio. Y las renovables son algo para lo que España tiene unas características especialmente idóneas y por lo que parece que se está haciendo, finalmente, una apuesta seria. El país aspira a que las energías renovables representen el 74% de la combinación energética para 2030, y busca ser neutral en carbono para el año 2050, lo que potencialmente convertiría a España en una de las regiones más limpias y con menor intensidad de carbono de toda Europa.

¿Aportan valor los data centers a la economía española? Indudablemente, atraen inversión y generan empleo especializado, y aunque no son especialmente intensivos en mano de obra, se calcula que serán necesarios en torno a dos mil profesionales de alta cualificación. Si además tienden a radicarse en zonas no directamente adyacentes a las grandes ciudades, aunque tampoco muy lejos de esta para mejorar la latencia, podemos encontrarnos o bien con una revitalización de esos entornos rurales, o con un incremento de los desplazamientos diarios, algo que no está por el momento muy claro.

De una manera u otra, todo indica que el desarrollo de una industria tan pujante y de tan elevado crecimiento como los data centers, vinculada con la adopción de la inteligencia artificial a prácticamente todas las actividades, para un país como España son buenas noticias sobre todo por lo que indican, y que tiene posibilidades de aportar unas cifras de negocio y de creación de empleo muy interesantes y posiblemente muy coherentes con nuestro posicionamiento de futuro.

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