El telescopio James Webb se marca otro gran descubrimiento: las galaxias primitivas no eran tan grandes como pensábamos

Gracias al telescopio espacial James Webb, hemos podido adentrarnos en el universo más lejano y comprobar algo que ha traído de cabezas a científicos y astrónomos de todo el mundo. Se pensaba que las galaxias más antiguas tenían un tamaño pequeño, pero, en realidad, parece que éstas eran realmente masivas. Sin embargo, un reciente descubrimiento podría arrojar luz sobre su tamaño y enmendar la denominada crisis cosmológica.

La explicación al error de tamaño de galaxias primigenias

Un artículo publicado en la revista científica Astronomical Journal, que ha sido liderado por Katherine Chworowsky, estudiante de la Universidad de Texas, pone sobre la mesa una posible explicación que volvería a presentarnos a las galaxias más lejanas, por tanto más antiguas, como objetos cósmicos no tan masivos. Y los culpables del error que impulsó la crisis cosmológica parecen ser los agujeros negros.

Las pruebas para realizar dicha afirmación han sido obtenidas gracias a la encuesta Cosmic Evolution Early Release Science, también conocida como CEERS y liderada por el científico Steven Finkelstein, que ha utilizado uno de los instrumentos del telescopio espacial James Webb para comprobar no sólo que existen más galaxias de las que se habían previsto, sino que éstas no son tan grandes ‘como para romper el universo’, en palabras de la propia investigadora.

Ha sido a través del instrumento NIRCam, la cámara de infrarrojo cercano, que se ha podido comprobar cómo los agujeros negros consumen rápidamente gas, lo que provoca que se emita calor y luz, permitiendo que estas galaxias brillen más de lo que lo harían con sus propias estrellas. Esta mayor cantidad de luz nos ofrece la impresión de que las galaxias tienen más estrellas de lo que parecen o, lo que es lo mismo, que son más grandes de su tamaño real. Steven Finkelstein, coautor del estudio, afirma en la página web de la NASA que:

Así que, la conclusión sería que no hay crisis en términos del modelo estándar de cosmología. En cualquier momento que hay una teoría que ha aguantado la prueba del tiempo, tienes que tener una evidencia abrumadora para desecharla. Y este, simplemente, no era el caso. Eso sí, no todo son soluciones. Aún existen problemas por resolver o por encontrar explicación. Por ejemplo, existen casi el doble de galaxias masivas en los datos obtenidos del James Webb del universo primitivo de los que se esperan del modelo estándar.

Un posible explicación sería que las estrellas, en el origen del universo, se formaban a un ritmo más acelerado de lo que lo hacen hoy en día. Katherine Chworowsky apunta que ‘quizás en el universo primigenio, las galaxias eran mejores convirtiendo gas en estrellas’.

Por el momento, los siguientes pasos tendrán como objetivo investigar los puntos rojos descubiertos por el telescopio James Webb, que podrían ser hidrógeno gaseoso moviéndose a gran velocidad, algo que es firma inequívoca de los discos de acreción de los agujeros negros. Conocer qué porcentaje de luz de galaxias antiguas proviene de sus estrellas y qué porcentaje proviene de agujeros negros es un objetivo a alcanzar próximamente.

El artículo El telescopio James Webb se marca otro gran descubrimiento: las galaxias primitivas no eran tan grandes como pensábamos fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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