Ningún biólogo ha visto jamás a este animal en libertad, pero existe y está en peligro crítico de extinción

No es la primera vez que hablamos de animales en peligro de extinción o de especies que parecen eludir la presencia del hombre. En este caso, tendremos que viajar hasta la cordillera Annamita, que se extiende entre los países de Laos, Vietnam y Camboya hasta un total de 1.100 kilómetros. Dentro de este gigantesco accidente geográfico se esconde una especie muy particular de buey, que fue descubierta en 1992 en el parque nacional Vu Quang. ¿Quieres conocer cómo nos ha eludido y cuántos ejemplares quedan en el planeta?

Descubriendo al desconocido Saola

Bajo el nombre científico de Pseudoryx nghetinhensis nos encontramos a un animal que nos puede recordar a un ciervo de gran tamaño, pero que se encuentra enmarcado entre los mamíferos artiodáctilos, es decir, animales cuyas extremidades acaban en un número par de dedos. La información publicada en la página de la International Union for Conservation of Nature’s Red List of Threatened Species asegura que el máximo número de individuos de esta especie puede alcanzar los 750 ejemplares.

El saola se mueve en un área de entre 5.000 y 15.000 kilómetros cuadrados, aunque parece que no ocupan toda esta extensión, algo que es complicado de afirmar a ciencia cierta, dado que no existen estudios que hayan podido comprobar estos datos en el propio terreno. De hecho, debido a su naturaleza esquiva, este animal es habitualmente apodado como el unicornio de Asia, dada su rareza y el efecto mágico que provoca en quien tiene ocasión de toparse con uno de ellos.

Poder fotografiar al Saola es una tarea complicada

Y cuando hablamos de que son animales que eluden nuestra presencia, lo decimos porque ningún biólogo de vida silvestre ha conseguido ver a un saola con sus propios ojos. Según la información publicada en la página web de la Fundación Saola, los testimonios de este animal proceden de los locales del área de la cordillera Annamita, de algunos ejemplares que fueron conservados en cautividad, algo primordial para poder recuperar la especie y evitar su extinción, y de cámaras escondidas en plena naturaleza.

La gran razón por la que no se ha podido documentar la vida del saola tiene mucho que ver con el exclusivo hábitat por el que se mueve. Tal y como se asegura en el medio The Revelator, la región de esta cordillera asiática donde vive este mamífero no es solamente un bosque frondoso, sino que es casi una trampa natural para el ser humano. Lorraine Scotson, bióloga de fauna salvaje, asegura que:

He visto hombres llorar desconsoladamente en las Montañas Annamite. Hombres que están físicamente en forma y realmente fuertes, del tipo aventurero (…) Hay una claustrofobia que te llena (…) Luego tienes a las sanguijuelas y las garrapatas y los tábanos y todos los mosquitos mordiéndote. Es como si el bosque te echase.

El artículo Ningún biólogo ha visto jamás a este animal en libertad, pero existe y está en peligro crítico de extinción fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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