Los perros fueron adiestrados para destruir los tanques del enemigo en la Segunda Guerra Mundial. Así es como lo hicieron

El 22 de junio de 1941 comenzó la guerra soviético-alemana, un conflicto dentro del marco de la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora ha sido el conflicto con más víctimas mortales de la historia, más de 26 millones de vidas. Aquí la brutalidad y la muerte eran la norma. Entre los hechos más conocidos fue la utilización de perros bomba para destruir los tanques del enemigo. Lo hizo el Ejército Rojo y funcionaba, aunque hoy nos parezca una forma horrible de lucha.

En la sociedad actual estamos concienciados con el sufrimiento animal, pero hace menos de un siglo las cosas eran bien distintas. Los animales siempre habían sido utilizados como elemento de guerra, desde la conquista de América. Por tanto, en la Segunda Guerra Mundial la tónica era parecida. No solo servían para hacer guardias, también para destruir vehículos enemigos. Hoy tenemos los perros robots, que vienen a realizar funciones parecidas, pero sin poner en riesgo la vida de nadie.

Era los perros más peligrosos que han existido

Sin embargo, el inicio de la Segunda Guerra Mundial en el designado Frente Oriental vio cotas de violencia nunca vistas. Los alemanes avanzaron muy rápido con sus panzers. Ante esta situación, el Ejército Rojo desplegó unidades de perros antitanque. Estos animales llevaban acoplados explosivos en su cuerpo y se colocaban debajo de los vehículos. Una vez allí el servidor activaba el sistema y se producía una explosión pulverizando el carro de combate.

Antiguo dibujo que muestra a manera de esquema el funcionamiento de las partes del chaleco bomba que se colocaba a estos perros

Este tipo de acciones eran terribles, pero fueron habituales en los primeros meses hasta que la URSS dispuso de suficientes carros de combate para hacer frente a los del enemigo. El adiestramiento de estos perros se basaba en los estudios del condicionamiento clásico de Iván Pávlov que se basaba en educar a los animales mediante estímulos positivos. Si hacían una tarea bien se les brindaba con un premio.

De esta forma, los profesores consiguieron que los perros buscaran debajo de los tanques cuando se daba la señal. Hay que decir que la idea original de esta historia era que los perros soltaran la bomba y huyeran. No obstante, esto requería mayor tiempo de entrenamiento y se acordó que el can moriría en la explosión.

Los alemanes que padecieron los ataques de estos perros antitanque suelen dejarlo mencionado en sus memorias de posguerra con sorpresa. No es para menos, ya que en las primeras ocasiones los daños fueron notorios, pero una vez pasado este efecto los alemanes desplegaron contramedidas. La primera y más simple: disparar contra cualquier animal que se acercara sin previo aviso a un vehículo.

El mayor problema que tenían este sistema de «perros mina», como los llamó un general alemán, era que al estar entrenados para buscar comida debajo de los vehículos se dirigían también contra los carros soviéticos. Por tanto, el ataque se podía volver en contra de los rusos en un momento dado. Así lo detalla el historiador David Stahel en uno de sus últimos libros dedicados a este conflicto.

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A pesar de que después de 1941 los perros antitanque se dejaron de utilizar, el impacto en la memoria popular ha permanecido hasta la actualidad y no es para menos. En otra serie de ideas locas de la Segunda Guerra Mundial también se quisieron utilizar bombas de murciélagos. Ahora en el conflicto entre Rusia y Ucrania los delfines parecen tener una importancia especial.

Sea como sea, los animales, ya sean perros, elefantes o caballos, han tenido una gran relevancia en laso operaciones militares a lo largo de la historia. Han ayudado al hombre a conseguir sus propósitos bélicos, montados encima de ellos o destruyendo tanques.

El artículo Los perros fueron adiestrados para destruir los tanques del enemigo en la Segunda Guerra Mundial. Así es como lo hicieron fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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